Nos esperaba una hora y media de cola hasta salir desde el circuito a carretera abierta.
Una vez recogido todas nuestras pertenecías ponemos rumbo a Cuenca, que aprovechando la festividad del martes 9 de noviembre con motivo de la Almudena en la comunidad de Madrid, era la ocasión perfecta para pasar unos días y visitar el casco histórico de la ciudad, nombrada Patrimonio de la Humanidad desde 1996. Quique tuvo que irse, con lo que solo fuimos Chus y Elena, haciendo las veces de coche escoba, y yo.
Nunca había estado en Cuenca y la policía local me recibió con los brazos abiertos. Según paré, el policía en cuestión me pidió la documentación y una vez acabado el trámite llegamos a la pensión.